Con una verdadera devoción por el oficio y el rigor, Mario Morales (Chile, 1990) representa a la nueva generación de artistas cinéticos latinoamericanos. Estudió arte en AIEP y su examen de grado causó impacto entre sus profesores, de modo que decidieron exhibirlo en la sala de arte de su casa de estudio. El siguiente paso fue ChACO, la feria de arte más importante del país, donde la galería Prima lo conoció y lo incorporó a su catálogo. Producto de ello, y con sólo 25 años, Morales comenzó a participar en ferias internacionales en Miami, Sao Paulo, Lima y Lisboa, desde donde su pintura se irradió a distintas colecciones y lugares del mundo. Sin embargo, en Chile, su nombre aún no es ampliamente conocido y su extraordinaria obra se ha mostrado en escasas ocasiones, casi siempre ligadas al circuito comercial.
Por eso, mostrarlo en plenitud, desde sus inicios hasta sus últimos trabajos es un ejercicio necesario, con él y con el público local, que podrá descubrir por qué el autor ha calado tan hondo en críticos y coleccionistas. Su obra es lúdica, inquieta, brillante, y también profundamente reflexiva, porque cada trabajo deviene de un largo proceso de concepción y ejecución, donde elementos plásticos se conjugan con conceptos físicos y matemáticos. Así surgen sus magníficas composiciones cinéticas, que parecen atemporales, suspendidas en tiempo y espacio. Una verdadera fiesta visual que se acerca más a la experiencia que a la contemplación.