Discípula de los maestros Hardy Wistuba y Gracias Barrios, la autora es una de las más destacadas cultoras de la acuarela en Chile y, desde sus inicios en los años ochenta, la imagen femenina ha parecido en su obra, no como sujeto (retratada), sino como elemento fundamental de la humanidad. Por eso, sus mujeres se vinculan a la tierra, a la naturaleza, y aparecen rodeadas de fértil exuberancia.
La presente muestra recoge justamente esas obras, que cruzan su imaginario completo, y las presenta en su conjunto, demostrando que su quehacer se relaciona directamente con su experiencia de vida y su extraordinaria sensibilidad.