LORENZO MOYA INMERSO

La naturaleza que habito / Pintura

Con una vasta trayectoria nacional e internacional y ampliamente conocido por sus escenas oníricas, el autor da un vuelco en su producción, cambiando la escala y sentido de sus trabajos. Si antes, la naturaleza actuaba como escenografía para relatar historias, hoy se vuelve protagonista, cobra vida propia e incluso pareciera extenderse más allá de los límites de la tela.

Para trabajar en esta serie, Moya recorrió diferentes lugares del planeta, donde la naturaleza se mantiene intacta. Es decir, aún no ha sido alterada por el hombre, salvo por senderos o instalaciones rudimentarias.  En cada uno de los lugares tomo apuntes o produjo obras en formato pequeño o medio. Luego, en su taller de Paine, trabajó los grandes formatos, que muchas veces bordean los tres metros de ancho. De esta forma, lo que hace el pintor es instalar en nuestras salas una porción de naturaleza agreste y exuberante, de modo que el espectador pueda ingresar en el espacio propuesto. A simple vista, estas grandes telas parecieran gigantografías fotográficas, pero al acercarnos aparece nítida la pintura y su gesto manual. Miles de manchas verdes, ocres, azules, bermellón recrean el espacio original y transmiten a cabalidad su temperatura y humedad. Esa es la magia del arte, la capacidad de traer a un espacio la experiencia y emoción propia de otro.

Esta exposición confirma la madurez artística del autor y lo sitúa como uno de los referentes del paisaje contemporáneo, un género que cobra especial relevancia en tiempos en que la debacle climática marca la agenda mundial.