Luego de viajar a la Antártida, el conocido autor despliega una poética serie sobre el silencio, inmensidad y pulcritud del continente blanco. Se trata de 8 telas de gran formato que transmiten a cabalidad la experiencia de habitar el territorio antártico. Como siempre, su trabajo recurre a una paleta cromática restringida y a la geometrización de las formas, lo que se traduce en una fuerte carga dramática. Entonces, lo que vemos, es un paisaje mental, un contructo elaborado con años de oficio, cuyo eje se articula en torno a los viajes, una práctica que el autor conoce muy bien.
Frigerio se inscribe en la Generación del 80. Fue alumno de Villaseñor y Opazo entre otros. Luego de egresar viajó a Nueva York donde permaneció durante más dos décadas. Allá tuvo que trabajar como obrero para sustentar su arte, sin embargo, logró insertarse y ser reconocido en el medio. Hoy es uno de los artistas chilenos de mayor reconocimiento internacional.