Una mirada fresca y espontánea caracteriza la obra del autor. Sus paisajes urbanos de Santiago o pueblos y balnearios de Chile son ejecutados in situ, es decir en directo en el lugar. Por eso, todos están impregnados de una luminosidad extrema, creada a partir de la yuxtaposición de colores complementarios.
Torrealba recuerda a los viejos impresionistas por el trabajo “a plein air”. Sin embargo, en sus trabajos también hay un asomo de la estética pop, algo que recuerda a las historietas, especialmente por la saturación del color en su tono más melancólico.