Inaugurada el mes pasado, esta muestra se erige como una excepción en el actual panorama de las artes visuales. Todo está tan tecnologizado, tan híper mediado, que estas sencillas pinturas aparecen como un cable a tierra, una vuelta a los orígenes y una pausa necesaria en medio del tráfago que vivimos. Es que los pintores ingenuos son únicos, una especie en extinción que debemos preservar para que nunca desaparezca.
Fue el ojo experto del crítico Waldemar Sommer quien los rescató del pasado y los trajo a este Siglo XXI. Su libro sobre el género (Ingenuidad y creación. Ediciones UC, mayo 2022) motivó esta exposición que pone en escena a los representantes chilenos reseñados en la edición. Así, en nuestras principales salas se reúnen abogados, zapateros, dueñas de casa, contadores y pescadores con un afán común; mediante la pintura, representar su mundo y entorno bajo una óptica personal, sin más guía que su propio instinto.
De esta forma, las obras trasuntan las fronteras de la realidad y crean mundos sumamente individuales donde no existen las leyes de gravedad o las normas impuestas por la academia. Se trata sólo de pintura en su estado más puro y genuino. Imperdible, parafraseando a Sommer, “para aprender a mirar de otra manera”.
Proyecto patrocinado por Ley de Donaciones Culturales
Hasta el 17 de julio
Salas de Exposición. Centro Cultural Las Condes
Entrada liberada, con Pase de Movilidad habilitado