Inaugurada el mes pasado, la exposición antológica de Gordon ha traído a escena la obra de uno de los pintores más reconocidos de la historia plástica del país. Nació en 1880 e ingresó a la Academia de Pintura luego de un breve paso por arquitectura. Tuvo como profesores a Pedro Lira, Juan Francisco González y Fernando Álvarez de Sotomayor y de cada uno extrajo lo mejor de sus respectivas cátedras. Sin embargo, no se parece a ninguno de ellos e instaló un imaginario propio donde el color es el verdadero protagonista.
Es cierto que sus escenas costumbristas de ritos populares son altamente difundidas. No obstante, en la muestra queda claro que lo que de verdad le interesa –más allá del tema- es el contraste cromático, el claroscuro y la experimentación con el pigmento. Por eso, en las obras expuestas pueden distinguirse múltiples maneras de trabajar las pinceladas para potenciar el uso del color.
A estas alturas, Arturo Gordon es un clásico, pero no debemos olvidar que en su momento fue un rupturista, un pintor atípico que se atrevió a contradecir las normas de su tiempo. Una muestra imperdible que reúne obras pertenecientes a colecciones públicas y privadas del país y que permite contemplar en su totalidad a un pintor de talla mayor.
Hasta el 4 de diciembre
Salas de Exposición. Centro Cultural Las Condes
Entrada liberada