De ascendencia williche, el autor crea poéticas imágenes elaboradas mediante una técnica muy personal que combina humo, fuego y agua. Entonces, en lo que vemos no hay pigmento alguno, sino la huella de alguno de estos tres elementos.
Así, las imágenes –que aluden a paisajes del sur- se vinculan a relatos ancestrales de su cultura madre, a la cosmovisión de los pueblos que habitaban Chile antes de que fuese Chile, cuando la naturaleza regía el acto humano y los ciclos se sucedían en perfecta armonía.