Color, fuerza, diversidad, energía y oficio, son algunos de los atributos de esta gran exposición inaugurada el mes pasado con motivo de los 30 años de la Escuela de Arte de la Universidad Finis Terrae. Es que las escuelas de arte son justamente eso, un espacio abierto para la creación y experimentación y en este plantel, el primero privado del país, se demuestra a cabalidad.
Curada por el profesional argentino Rodrigo Alonso, la exposición reúne a más de 50 artistas formados en estas tres décadas y de ellos exhibe cerca de un centenar de obras que dan cuenta de la libertad con que trabajan, porque –a diferencia de otras experiencias- en que el paso por determinada escuela marca cierta tendencia, en este caso es destacable la independencia absoluta para la búsqueda de las diferentes identidades.
Esta es una exposición de arte contemporáneo, lo que implica infinidad de lenguajes: pintura, escultura, dibujo, fotografía, video, instalaciones y todas sus derivaciones. Aun así, la selección fue pensada en un público amplio, con obras que “dialoguen” con todos los espectadores.