MANUEL UGARTE

Otra vida / Pintura

Su formación como abogado y artista lo delata. Por eso en su obra hay un fuerte componente sicológico y social. Sus escenas son inquietantes y sugerentes y proponen mundos que interpelan al observador. Es decir, lo que vemos es sólo un fragmento de una realidad (o supra realidad) que no conocemos y que nos corresponde construir.

Sobre las pinturas expuestas, el filósofo Ricardo Loebell señala: “Ante esta obra plasmada de inquietantes escenas, en que irrumpe la naturaleza en los espacios habitables, creando un tipo de realidad metafísica, se puede permanecer en cada cuadro a la espera de su nuevo aparecer. La obra representa la alteridad de sí misma, pero diferente. Los espacios que no están vacíos, aguardan en su condición de lo numinoso. Desnuda en el silencio, nadando entre las sábanas, la amortajada expresa que no le queda otra vida, que ésta es la única que tiene, puede probar a aprender a morir y eso es como vivirse en un más allá, en la transfiguración de otra vida”.